Tonichense
Muestra el pueblo de Tónichi, su historia, su vida diaria y atractivos principales. Es un blog creado por Blanca Rosa López Martínez, Cronista de Tónichi y Cronista Oficial del Municipio de Soyopa, perteneciente a la Asociación de Cronistas de Sonora (ACROS).
Fariseos
Grandes Fariseos
GRANDES FARISEOS
Hay en Tónichi familias que tiene larga tradición como fariseos y que conservan ese espíritu de devoción por formar parte de las celebraciones de Semana Mayor. Quien se viste de fariseo lo hace por devoción, por pagar una “manda” o simplemente por conservar una tradición. Indagando entre la gente del pueblo si recuerdan a algún buen fariseo, han salido nombres como Pedrito Baldenegro, Francisco “Pancho” Baldenegro, Ramón “Monchi” Tabardillo, Rubén Moraga, Jorge Luis Verdugo, entre otros.
Francisco Baldenegro dice:
—Si uno se viste de fariseo es para entretener a la gente y por supuesto, para hacer nuestro papel en las procesiones.
El papel de los fariseos, durante las procesiones, es
Veamos lo que recuerdan de cada uno de ellos.
—Pedrito siempre se vestía de fariseo y mi mamá, procuraba apartarle una máscara—dice Aurelia Espinoza—. Pero una vez que las vendió todas y llegó Pedrito por la suya, mi mamá le dijo que ya no tenía y Pedrito, que ya venía “entradito”, le neceó por la máscara hasta que mi mamá, viendo que no se lo quitaría de encima, entró a la cocina, agarró un “guari” viejo y le cortó don hoyos, como ojos, y le puso un elástico. Se la dio a Pedrito y éste sin más se la puso y se fue a la procesión.
—Pedrito era un buen fariseo—dice, María—. Todos la chamacada lo seguían cuando andaba vestido de fariseo porque se reían mucho con él por todo lo que decía.
Aurelia, narró cómo una vez llegó Pedrito por su máscara a casa de doña Chú, muy apurado, porque Esthela Aldecoa, lo iba a vestir de fariseo.
—Tomó la máscara y se fue ¡y que lo vamos viendo en la procesión! Traía una falda de bailarina, de esas telas que se mueven solas y bichi, pa´arriba; sólo traía un brasier de esos de antes, picudos, retacado de trapos. Y se metió entre las mujeres que iban rezando y cantando y llegó hasta donde iba la Polita y agarrándose los trapos del brasier, le decía: Dale un chupetazo, Polita, dale un chupetazo. ¡Hubieras visto! Tu tata Baltazar que iba de capitán, estaba enojadísimo con él.
—Un sábado de Gloria mataron una vaca en que mi compadre Ramón Contreras—relata Antonio López—y llegaron Pedrito y Jorge Luis Moraga. Eran muy amigos. Como ya venían entraditos, la raza que estaba de mirona, agarró sangre de la vaca y se la untó a Pedrito por delante y a Jorge Luis por atrás—don Antonio ríe a morir antes de continuar—. Y como Moraga era medio tartamudo, dijo: Pu.. pu…pues, me violó este desgraciado y acompañó a los presentes en sus risas, a lo que Pedrito contestó: Pues ni modo, alguna vez tenía que suceder.
Según parece, Pedrito era una persona que, para ser fariseo no se preocupaba mucho, el se cubrí la cara con una máscara de chilicote, un trapo, un guari, un sombrero y hasta una tortilla de harina lo sacó del apuro en cierta ocasión.
Fue el propio Francisco “Pancho” Baldenegro, quien me narró la siguiente anécdota:
—Mi compadre Monchi Tabardillo venía desde Obregón para ponernos de acuerdo de qué nos íbamos a vestir—Con la sonrisa en su rostro y los ojos brillantes, continuó—. Una vez me vestí de chango y, con tiempo, le pedí a un peluquero que me juntara cabello del que cortaba y compré un overol y le pequé todo ese cabello. Lo vio mi suegra y me dijo: apenas tú haces esas cosas.
Recuerdo que una Semana Santa llovió, no recuerdo si en Viernes Santo o Sábado de Gloria, pero lo que sí recuerdo es que Ramón, “Monchi” Tabardillo, traía una máscara de venado y bailando, se lanzaba al suelo y andaba todo enlodado. Todo eso lo vi desde la refresquería que ponía Chelo del Cuate, donde hoy es la Telesecundaria.